×

Richard J. Evans señala paralelismos entre Trump y Hitler.

Richard J. Evans señala paralelismos entre Trump y Hitler.

**LONDRES – El regreso triunfal de Donald Trump a la política estadounidense ha reavivado un intenso debate en la comunidad académica sobre la posibilidad de calificarlo como “fascista”. Esta discusión ha cobrado relevancia tras su reciente elección, y uno de los más destacados historiadores en este ámbito, Richard J. Evans, se ha pronunciado al respecto. En una entrevista concedida a EFE en Londres, Evans, reconocido experto en el Tercer Reich, establece paralelismos entre Trump y Adolf Hitler, aunque se resiste a encasillar al presidente electo en la categoría de fascista.**

Evans, de 77 años y catedrático emérito de la Universidad de Cambridge, señala que tanto Trump como Hitler comparten rasgos como el narcisismo extremo y el uso sistemático de la mentira. Sin embargo, el historiador destaca una diferencia crucial: “Ambos mienten constantemente. Pero creo que Hitler sabía cuándo estaba mintiendo y Trump no. Trump ya no tiene concepto de la verdad. Creo que eso puede ser un reflejo de nuestros tiempos posmodernos”.

El historiador utiliza la famosa frase “la historia no se repite, pero rima”, comúnmente atribuida a Mark Twain, como punto de partida para establecer paralelismos entre diferentes épocas. Desde esta perspectiva, advierte que calificar a Trump de fascista es un error fundamental, a pesar de que existan “ecos y rimas” con el movimiento totalitario. Evans argumenta que, a diferencia de los regímenes fascistas que buscaban establecer imperios y librar guerras, Trump se presenta como un aislacionista que prefiere retirarse del escenario internacional. “La retirada de tropas de Afganistán fue originalmente una política de Trump”, señala.

En lugar de la obsesión bélica que caracterizaba a los fascistas, la ultraderecha contemporánea se centra en la inmigración y el miedo cultural hacia el otro, un enfoque que, según Evans, no era una prioridad para Hitler. Para él, Trump representa un eslabón más en la larga tradición de presidentes demagogos y populistas en Estados Unidos, siempre enmarcados por una Constitución que ofrece suficientes “puntos de resistencia” al autoritarismo.

**UN ENFOQUE PERSONAL HACIA LA HISTORIA**

El interés de Evans por la historia de la II Guerra Mundial es profundamente personal. Recuerda sus paseos de niño por el East End de Londres, donde los estragos de los bombardeos alemanes despertaron su curiosidad por el pasado. Su reciente obra, ‘Gente de Hitler. Los rostros del Tercer Reich’, publicada en español, se adentra en las biografías y personalidades de quienes hicieron posible el proyecto nazi.

El historiador se enfrenta a una pregunta compleja: ¿es lícito mostrar al ser humano detrás de atrocidades inhumanas? Evans sostiene que es esencial conocer a las personas y su interacción con las corrientes históricas para entender el contexto de sus acciones. “Hasta hace 20 o 25 años, los historiadores, especialmente en Alemania, no eran favorables a mirar a los individuos. Se prefería observar las grandes fuerzas históricas”, explica. Sin embargo, el acceso a archivos soviéticos y documentos personales de figuras nazis ha permitido un nuevo enfoque en la investigación histórica.

Evans reflexiona sobre cómo los líderes nazis, a menudo descritos como psicópatas o lunáticos, eran en realidad seres humanos. “Mucho más perturbador que verlos así es reconocer que en realidad fueron seres humanos”, afirma. Su investigación revela que muchos de los dirigentes del nazismo provenían de la clase media y de entornos conservadores y nacionalistas, lo que desafía la noción de que el comunismo o el socialismo fueron sus orígenes.

Un ejemplo impactante que menciona es el de Ernst Röhm, líder de los ‘camisas pardas’ del nazismo, quien era un refinado pianista a pesar de su imagen como un despiadado militar. Además, Evans destaca la falta de arrepentimiento que muchos responsables del Tercer Reich mostraron tras la guerra, un fenómeno que puede explicarse por la naturaleza “cercana a una secta” del nazismo.

**UNA MIRADA CRÍTICA AL PASADO Y AL PRESENTE**

Evans evita caer en juicios morales simplistas y rechaza la idea de utilizar el pasado para comprender el presente. Su objetivo como historiador es, según él, “entender el pasado”, un propósito que, aunque parece sencillo, es en realidad complejo. En un mundo donde las líneas entre la verdad y la mentira se desdibujan, su análisis sobre la figura de Trump y los ecos del fascismo en la actualidad invita a una reflexión profunda sobre la naturaleza del poder, la política y la historia.

El regreso de Trump a la política no solo ha reavivado debates sobre su figura, sino que también ha puesto de relieve la necesidad de examinar cómo los líderes contemporáneos pueden resonar con figuras históricas, y cómo la historia puede ofrecer lecciones valiosas para el presente. La obra de Evans, al explorar los rostros detrás del Tercer Reich, nos recuerda que la historia está llena de matices y que entender el pasado es fundamental para navegar el futuro.

Publicar comentario