Ola de violencia en Sinaloa provoca seis nuevas víctimas.

Las autoridades de seguridad pública del estado han contabilizado en las últimas horas seis nuevos asesinatos en diversos puntos de Culiacán y el municipio de Rosario, en un alarmante repunte de la violencia que azota a la región. En un hallazgo que ha conmocionado a la comunidad, personal militar encontró el cuerpo de un hombre atado de pies y manos, con lesiones visibles en la cabeza, a un costado de la carretera que conduce al municipio de Eldorado. Este descubrimiento se suma a una serie de crímenes que evidencian la creciente inseguridad en el área.

En la comunidad de Otatitán, ubicada en el municipio sureño de Rosario, se localizó el cadáver de una persona en avanzado estado de descomposición. La falta de identificación de la víctima ha generado preocupación entre los habitantes, quienes notificaron de inmediato a la autoridad judicial para que se realicen las investigaciones pertinentes. Este caso resalta la impunidad que parece reinar en la zona, ya que muchos de estos crímenes quedan sin esclarecer.

Uno de los hechos más impactantes ocurrió en la colonia Progreso de Culiacán, donde un hombre identificado como Rosario “N”, de 43 años, fue atacado a balazos por desconocidos mientras caminaba por la calle Once. Los agresores lograron escapar del lugar tras perpetrar el ataque, dejando al hombre tendido en la calle sin vida. Este suceso es un claro reflejo de la inseguridad que padecen los ciudadanos en su día a día.

En un caso similar, en la comunidad de Alcoyonqui, muy cerca de la carretera Culiacán-Sanalona, fue encontrado el cuerpo de Luis Alberto “N”, de 25 años, quien estaba atado con cinta adhesiva, con el rostro cubierto y múltiples impactos de bala. Este tipo de ejecución ha generado temor entre los pobladores, quienes exigen a las autoridades que se tomen medidas más contundentes para combatir la violencia.

El clima de inseguridad se intensificó aún más con el reporte de detonaciones de arma de fuego en la carretera Culiacán-Eldorado. Las autoridades de los tres niveles de gobierno acudieron al lugar tras recibir la alerta y encontraron una camioneta accidentada frente a un motel. A unos metros del vehículo, localizaron a un hombre muerto por disparos de arma de fuego, lo que sugiere que la víctima podría haber sido atacada antes de que el vehículo se accidentara. La investigación avanza para esclarecer los detalles de este suceso.

En la colonia Loma Linda de Culiacán, se reportó también el asesinato de José Carlos “N”, de 35 años, quien fue encontrado con el rostro vendado y con varios disparos en su cuerpo. Este hombre había sido reportado como desaparecido desde el pasado 31 de octubre, lo que ha generado un clamor entre sus familiares y amigos, quienes piden justicia y respuestas sobre su trágico destino.

Por si fuera poco, una sexta víctima fue hallada asesinada a balazos cerca del trébol de la carretera Culiacán-Eldorado, en la zona del Campo Diez. Se trata de un hombre de aproximadamente 35 años, aún sin identificar, lo que agrava la situación de violencia en el estado, donde los crímenes suelen quedar sin castigo y las familias sin respuestas.

La serie de asesinatos ocurridos en Culiacán y sus alrededores refleja la profunda crisis de seguridad que enfrenta la región. Los habitantes viven con miedo ante la posibilidad de ser víctimas de la violencia, mientras que los familiares de las víctimas claman por un cambio en las políticas de seguridad y justicia. La falta de acciones efectivas por parte de las autoridades ha llevado a la ciudadanía a cuestionar la capacidad del gobierno para garantizar su seguridad y proteger sus vidas.

El contexto actual exige una respuesta urgente y eficaz por parte de las autoridades competentes, así como un diseño de estrategias que aborden las raíces del problema y contemplen la participación de la comunidad en el proceso de recuperación de la paz. La violencia en Culiacán no solo afecta a quienes han perdido la vida, sino que también deja huellas profundas en la sociedad, alterando la convivencia y sembrando el temor entre los ciudadanos.

Ante esta situación, es vital que las instituciones de seguridad redoblen esfuerzos y trabajen en conjunto para desmantelar las estructuras criminales que operan en la región. Asimismo, es fundamental brindar apoyo a las víctimas y sus familias, así como fomentar una cultura de denuncia que permita visibilizar la problemática y contribuir a la construcción de una sociedad más segura.

Las comunidades demandan acciones concretas que les devuelvan la tranquilidad y la confianza en sus instituciones. En un entorno donde la violencia parece ser la norma, es imperativo que se restablezca el estado de derecho y se garantice la justicia para todos, sin distinción. La lucha contra la violencia en Culiacán y sus alrededores requiere un compromiso firme y decidido por parte de todos los sectores de la sociedad.