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Laura Zapata comenta sobre la muerte de Ernestina Sodi.

Laura Zapata comenta sobre la muerte de Ernestina Sodi.

La hermandad de sangre unió a Laura Zapata con Ernestina Sodi, sólo 4 años de diferencia las separaban. Sin embargo, su relación se vio marcada por la tragedia y el distanciamiento. En 2002, ambas fueron secuestradas, una experiencia que dejó cicatrices profundas en sus vidas y, con el tiempo, en su relación fraternal.

Los años pasaron y aunque la distancia se hizo presente, el respeto y amor de Laura hacia su ahora fallecida hermana nunca desaparecieron. La reciente muerte de Ernestina, el 8 de noviembre, dejó a muchos preguntándose cómo se sentía Laura, especialmente después de que sus diferencias familiares habían sido públicas durante años.

“Estoy absolutamente en paz, porque yo lancé un lazo de perdón, de unión y sobre todo de perdón pasando sobre todo lo que ustedes ya conocen”, afirmó Laura con firmeza ante la prensa, dejando claro que había encontrado un camino hacia la reconciliación personal.

La noticia del fallecimiento de Ernestina fue confirmada por su hija, Camila Sodi, a través de su cuenta de Instagram, lo que llevó a los medios a buscar la reacción de Laura. Conocida por su temple de hierro, Laura no dudó en presentarse ante los reporteros, incluyendo al periodista Edén Dorantes.

“Es una prueba de lo que es la vida, todos tenemos que pasar y todos tenemos que enfrentar, es una cosa muy dolorosa y de alguna manera triste. Que Ernestina haya partido a los 64 años en donde según yo tenía muchas cosas por hacer”, expresó la actriz, mostrando su dolor y reflexión sobre la vida.

Laura también extendió sus buenos deseos a la familia de Ernestina, orando por su descanso. “Lo único que puedo decir es que Dios la acompañe, la bendiga, que tenga un regreso a casa lleno de luz, vuele alto, que Dios la perdone, la reciba en sus brazos y su casa”, dijo con emoción.

A pesar de las diferencias que habían marcado su relación, Laura no escatimó en expresar su cariño y deseos de resignación para las hijas y nietos de Ernestina. “Y a sus hijas, y a sus nietos, y a su familia les deseo resignación por la nueva vida que ella ha trascendido”, concluyó con una voz tranquila pero cargada de sentimiento.

La historia de dolor y separación entre las hermanas comenzó con el secuestro que vivieron en 2002. Fueron 45 días de cautiverio, y aunque Laura fue liberada dos semanas antes que su hermana, este hecho comenzó a erosionar la relación entre ellas.

La fractura se profundizó cuando, dos años después, Ernestina publicó el libro “Líbranos del Mal”, donde no solo relató su experiencia de secuestro, sino que también insinuó la posibilidad de que Laura estuviera involucrada en el suceso. Aunque Ernestina aseguró que había hablado con Laura antes de la publicación para aclarar sus intenciones, la actriz tomó la noticia como una traición.

A pesar de los conflictos, en 2011, tras el fallecimiento de su madre, ambas hermanas se reunieron y parecieron reconciliarse momentáneamente, incluso junto a Thalía, quien reside en Estados Unidos. Sin embargo, la paz fue efímera y pronto las viejas rencillas volvieron a surgir.

La compleja relación entre Laura Zapata y Ernestina Sodi es un recordatorio de cómo las tragedias pueden unir o separar a las personas, incluso cuando la sangre les une. La muerte de Ernestina ha dejado un vacío en la vida de Laura, quien ahora enfrenta el desafío de recordar los buenos momentos en medio del dolor de la pérdida.

En este contexto, es importante reflexionar sobre el poder del perdón y la reconciliación. Laura ha demostrado que, a pesar de las diferencias, siempre hay un camino hacia la paz interior. Su mensaje de amor y respeto hacia su hermana fallecida resuena como un llamado a valorar las relaciones familiares, incluso en los momentos más oscuros.

La vida de ambas mujeres estuvo marcada por la tragedia, pero también por el amor que, a pesar de todo, perduró en el tiempo. La historia de Laura y Ernestina es un testimonio de la complejidad de las relaciones humanas y de cómo, a pesar de las adversidades, el amor puede prevalecer.

La muerte de Ernestina Sodi no solo es una pérdida para su familia, sino también para el público que las siguió a lo largo de sus carreras. Laura Zapata, con su fortaleza y determinación, sigue siendo un ejemplo de cómo enfrentar el dolor y encontrar la paz en medio de la tormenta.

En conclusión, la relación entre Laura y Ernestina, marcada por el amor y el dolor, es una lección de vida. El perdón y la reconciliación son fundamentales para sanar las heridas del pasado y permitir que el amor prevalezca. La historia de estas dos hermanas nos invita a reflexionar sobre nuestras propias relaciones y a valorar el tiempo que tenemos con nuestros seres queridos.

Así, Laura Zapata se despide de su hermana con un mensaje de amor y esperanza, recordando que, a pesar de los desafíos, siempre hay espacio para el perdón y la unión familiar.

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