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Ataque en Oaxaca contra líder obrero deja al menos 5 muertos.

Ataque en Oaxaca contra líder obrero deja al menos 5 muertos.

**Oaxaca en estado de alarma tras nuevo ataque armado que deja cinco muertos**

Oaxaca, México.- La noche del pasado miércoles, un ataque armado en el estacionamiento de un restaurante al norte de la ciudad de Oaxaca dejó un saldo trágico de cinco personas asesinadas y una más gravemente herida. Según informes de las autoridades de seguridad estatal, el ataque parece haber sido dirigido contra Marcos Sánchez, dirigente local de la Confederación Internacional de Trabajadores, quien, afortunadamente, resultó ileso.

Los hechos ocurrieron en la esquina de las calles Las Rosas y Álamos, donde se desató el caos tras el ataque. Al cierre de esta edición, uno de los fallecidos había sido identificado con las iniciales ASJD, mientras que la persona herida, identificada como AMP, fue trasladada a un hospital para recibir atención médica urgente.

Este lamentable incidente marca el tercer multihomicidio en Oaxaca durante el mes de noviembre. Apenas el martes, dos mujeres, Adriana y Virginia Ortiz, integrantes del Movimiento Unificador de Lucha Triqui, fueron asesinadas, y en San Gabriel Mixtepec, tres individuos fueron también ultimados en un ataque similar.

La violencia en el estado no se limita a estos eventos. En otro suceso, las autoridades hallaron el cadáver de Luis Roberto Delgado Castro, director del hospital de la comunidad de Santiago Tamazola, quien había sido reportado como desaparecido desde el 4 de noviembre. Su cuerpo fue encontrado en el municipio de Huajuapan de León, lo que añade una nueva capa de preocupación sobre la seguridad en la región.

La situación en Oaxaca se enmarca en un contexto más amplio de violencia que afecta a varias entidades del país. En Guerrero, por ejemplo, la Fiscalía General del Estado reportó el hallazgo de 11 cuerpos en la batea de una camioneta abandonada en Chilpancingo. Los cuerpos, que incluyen a siete hombres, dos menores y dos mujeres, están siendo identificados por el Servicio Médico Forense. Algunos familiares han señalado que al menos cinco de los restos podrían corresponder a un grupo de 17 artesanos desaparecidos el 22 de octubre en la comunidad de Chautipan.

La violencia en Guerrero ha sido alarmante, con el descubrimiento de cuerpos desmembrados y el hallazgo de cuatro hombres sin vida en Acapulco, quienes presentaban signos de tortura. Además, en otros municipios de la entidad, se han reportado múltiples asesinatos, lo que refleja un clima de inseguridad creciente.

La situación en el país es crítica, con Guanajuato reportando 10 asesinatos en tres de sus municipios, y Querétaro sumando tres víctimas más en un ataque en la capital. En Morelos, la violencia también ha cobrado vidas, con el asesinato de un familiar de un herido en un hospital, lo que generó pánico entre los presentes.

En Tabasco, la violencia se manifiesta con el hallazgo de dos cuerpos embolsados, uno de los cuales estaba decapitado, mientras que en Michoacán, un ataque a militares dejó un uniformado muerto en una emboscada en la zona serrana de Aquila.

La creciente ola de violencia en México, que se ha intensificado en los últimos años, plantea serias preguntas sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas por las autoridades. La población se encuentra en un estado de incertidumbre y miedo, mientras los grupos criminales parecen operar con impunidad en diversas regiones del país.

Las autoridades de Oaxaca y otras entidades afectadas se enfrentan al desafío de restaurar la confianza de la ciudadanía y garantizar su seguridad. La necesidad de una respuesta contundente y efectiva ante la violencia es más urgente que nunca, ya que la vida de miles de ciudadanos depende de ello.

La situación actual exige una reflexión profunda sobre las políticas de seguridad y justicia en México, así como un compromiso real para combatir la impunidad y proteger a la población. La violencia no solo afecta a las víctimas directas, sino que también deja una huella imborrable en las comunidades, que se ven obligadas a vivir con el miedo constante y la incertidumbre sobre su futuro.

Este nuevo ataque en Oaxaca es un recordatorio doloroso de que la lucha contra la violencia y el crimen organizado en México aún está lejos de ser ganada. La sociedad civil, las autoridades y todos los sectores deben unirse para enfrentar este problema y buscar soluciones que permitan construir un entorno más seguro para todos.

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